La reforma integral de esta vivienda para un músico en el corazón del Albaicín de Granada parte de reconocer los valores de una construcción humilde de más de 120 años de antigüedad, conservando sus elementos estructurales y algunos de los acabados,e introduciendo materiales y soluciones constructivas contemporáneos cuya referencia es la estética renovada y propia del barrio de origen musulmán.
La casa reformada se desarrolla en vertical desde la planta baja de gruesos muros de piedra y tierra que acotan un patio trasero y espacios diáfanos interiores destinados a local de ensayo y composición musical, a través de la escalera preexistente y ampliada en su último tramo, hacia la nueva terraza en cubierta. Desde esta el músicopercibeel contexto histórico y paisajístico del barrio. En las plantas primera y segunda se desarrolla el programa residencial, con el espacio principal de sala de estar y cocina en la planta segunda para aprovechar las mejores vistas hacia la ladera del Generalife y la Silla del Moro y facilitar una comunicación más directa con la terraza.
Se ha realizado una demolición selectiva de los interiores de la vivienda recuperando vigas de madera, piedras, suelos hidráulicos, puertas de madera y ladrillos. Entre los materiales nuevos que se han introducido predominan las cerámicas procedentes de puntos de fabricación tradicional de la zona, como el barro cocido y los azulejos de Fajalauza, o la piedra de sierra Elvira. Los nuevos elementos metálicos de acero, como las nuevas rejas y la escalera de subida a cubierta, se diseñan desde la ligereza y se esmaltan con un tono verde agua muy recurrente en elementos decorativos granadinos.
La mezcla de materiales desvela el sistema constructivo de la vivienda preexistente y establece una distinción clara entre lo antiguo y lo nuevo.El contraste entre el desgaste de los materiales recuperados y los nuevos de fabricación tradicional se muestra sin prejuicios en este ambiente doméstico inspirado en la tradición morisca, donde estos elementos se combinan y disponen de un modo inusual para evitar el mimetismo tradicionalista y aportar nuevos valores a la arquitectura doméstica albaicinera basados en la integración, la continuidad y el respeto.
La Casa de lo Antiguo y Nuevo abraza la cultura arquitectónica del entorno histórico desde la contemporaneidad, del mismo modo que la música compuesta por su morador recoge las tradiciones del flamenco para renovarlas a través de sonidos e instrumentaciones actuales.